miércoles, 21 de noviembre de 2007

Juguetes Sexuales, Volumen I: Las Esposas


A la hora de practicar sexo es normal sentir cierto reparo cuando se habla de usar juguetes sexuales, bien sean consoladores, fustas o como en este caso, esposas.

Que no os eche para atrás probar cosas nuevas. ¿Cómo sabes que no te gusta si no lo has probado? Es cierto que cuesta mucho dar determinados pasos, pero es cuestión de intentarlo y marcarse objetivos en la justa medida que creamos que vamos a ser capaz de cumplirlos. No todos podemos seguir el mismo ritmo que otros.

En el caso de las esposas, son un buen elemento para empezar a usar juguestes y familiarizarnos con ellos. No suelen causar reparo, suelen ser asequibles (entre 15 y 30 euros) y lo mejor de todo es el morbo que da situación de estar a merced de tu pareja. No obstante es recomendable usarlas con alguien de confianza... ¡No vaya a ser que te dejen esposado a la cama!

Un buen complemento para las esposas es vendarse los ojos. La falta de orientación y la imposibilidad de tener control es una situación, para mi gusto, muy excitante y morbosa.

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